Friday, September 30, 2011

La herencia de La Mujer Pantera

Por Ayoze García

-Cinco hombres vestidos de pantera en la pantalla, ¿a qué se parecen?
-A cinco hombres vestidos de pantera.
-Cuando el público paga para ver una película como ésta, ¿qué pide a cambio?
-Estar muerto de miedo todo el rato.
-¿Y a qué cosa crees que le tiene más miedo la gente?
-A la oscuridad.
-¡Claro! ¿Y por qué? Porque la oscuridad tiene vida propia. En la oscuridad todo cobra vida, Fred.

Diálogo de Cautivos del Mal (Vicente Minelli, 1952)

Jacques Tourneur está de moda. Las filmotecas CanariaEspañola han coincidido en dedicarle por estas fechas sendas retrospectivas, y también el Aula de Cine de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria va a proyectar su gran aportación a la historia del cine negro, Retorno Al Pasado. Por no mencionar su reciente inclusión en la lista de 100 directores de cine esenciales de PopMatters, o las noticias sobre un posible remake (el segundo ya) de La Mujer Pantera.

Para entender el porqué de esta oleada de reconocimiento, no hay más que recurrir al anterior diálogo de Cautivos del Mal, donde Kirk Douglas interpreta a un productor de cine parcialmente inspirado en Val Lewton, quien trabajó codo con codo con Tourneur en algunas de sus más importantes películas. Como se recoge ahí, la sugestión es el gran arma de La Mujer Pantera, que ha podido verse esta semana en las dos capitales del Archipiélago dentro del ciclo de la Filmoteca Canaria.

Cartel de 'La Mujer Pantera'

Esa película abrió en 1942 todo un capítulo en el cine de terror. Su presupuesto fue escaso, lo cual no resulta de extrañar ya que Tourneur es uno de esos genios de la serie B que tanto gustan hoy día a los cinéfilos. Y al igual que Edgar G. Ulmer y Samuel Fuller, era capaz de contar grandes historias en poco más de una hora.

La Mujer Pantera es el mejor ejemplo de ello, y además de las dos características más llamativas y comentadas habitualmente (la decisión de no enseñar al monstruo y el uso de las sombras), presenta otras marcas de la casa del equipo Tourneur-Lewton / Lewton-Tourneur:

  • El desencadenante del argumento es una maldición, vestigio de culturas ancestrales que el mundo moderno pretende haber sepultado. Irina, la protagonista de La Mujer Pantera, carga con los pecados de sus antepasados adoradores del diablo, mientras que en Yo Anduve con un Zombie (1943) se recurre al vudú. Años más tarde y habiendo fallecido ya Val Lewton, Tourneur volvió a abordar con La Noche del Demonio (1957) el tema del satanismo.

  • A esa influencia que ejercen las fuerzas ocultas sobre el mundo cotidiano se contrapone el pensamiento racionalista y científico, que muestra sus limitaciones. Los personajes que lo representan, psiquiatras y médicos, están condenados si no aceptan la existencia de acontecimientos que se salen de lo corriente. El caso paradigmático es el de Dana Andrews en La Noche del Demonio, donde esta lucha entre dos visiones del mundo se sitúa como punto central.

  • Dicho conflicto no se resuelve satisfactoriamente al final de estas películas. La verdad se adivina pero queda oculta en las sombras que asimismo envuelven a unos personajes a menudo instalados en la ambigüedad moral. Se supone que Irina es la mala de La Mujer Pantera, pero su única aspiración es llevar una vida normal, por lo que transmite más lástima que otra cosa. Y hasta el despiadado satanista de La Noche del Demonio tiene una madre a la que cuidar y entretiene a los niños del vecindario haciendo de payaso.

Junto con La Mujer Pantera y Yo Anduve con un Zombie, la otra colaboración entre Tourneur y Lewton es El Hombre Leopardo (1943). Pese a lo que pueda parecer por su título, no se limita a ofrecer más de lo mismo sino que subvierte las expectativas del público que hubiera visto las dos cintas anteriores, partiendo eso sí de premisas similares: las premoniciones del tarot son aquí la concesión a lo oculto, y parece que hasta el animal que se empleó en el rodaje es el mismo que el de La Mujer Pantera.

Puede que no esté considerada un clásico, pero El Hombre Leopardo muestra al menos que sus autores no querían repetirse hasta la saciedad, acusación que desmiente también la trayectoria de Tourneur, quien tras separarse de Lewton rodó westerns, películas de aventuras y cine negro. Sus aportaciones al género del terror, no obstante, resaltan más dada la actual propensión de este tipo de cine por la casquería y los sustos fáciles.

Frente a eso, las películas de Tourneur destacan por su sobriedad y por la entereza con que tratan temas potencialmente ridículos. Seguramente, eso es mucho más de lo que cualquiera pudiera esperar al enfrentarse a un film llamado La Mujer Pantera. Dejemos entonces para otro día debatir hasta qué punto el director francés fue el creador de esta estética y hasta qué punto el mérito habría que adjudicárselo a Val Lewton. Basta de teorías por una vez y vamos a disfrutar de estas estupendas películas. Por favor.

En el programa #40 de La Linterna Mágica hicimos un monográfico sobre Jacques Tourneur y escuchamos cortes de varias de sus películas.

Programa #40

 Archivo para descargar

En la edición de hoy hemos hablado con Ibán Vázquez de la grancanaria University Surf School sobre la iniciativa Surf + Chocolate Calentito + Peli, antes de lo cual escuchamos el tema "Pick Up The Pesos" de The Original Onions. Asimismo tuvimos al crítico Faustino Sánchez, que nos contó sus impresiones sobre el Festival de Cine de San Sebastián.

La última parte del programa estuvo dedicada al cine de terror de Jacques Tourneur. Pusimos fragmentos de varias películas de este director y de Cautivos del Mal de Vicente Minelli, y también la música del tráiler de Los pasos dobles, cinta con la que Isaki Lacuesta ganó la Concha de Oro en Donosti.

Friday, September 23, 2011

El cine del azar

Por Ayoze García

Dos extraños, un hombre y una mujer, se encuentran en un puesto de revelado fotográfico, y por un malentendido acaban recibiendo y abriendo cada uno el sobre equivocado. Echan un vistazo, y ambos notan algo sospechoso en las fotografías del otro. Pero guardan las apariencias, y sin mucha ceremonia se intercambian los sobres y se marchan cada uno por su lado. Piensan poner lo que han visto en conocimiento de la policía. El espectador, no obstante, sabe que sus sospechas carecen de fundamento, porque conoce ya a estos dos personajes que pertenecen a líneas argumentales distintas dentro de la película, y que aquí han chocado por casualidad.

Esta escena de Vidas Cruzadas (Robert Altman, 1993) muestra los mecanismos de un determinado subgénero de cine moderno que busca explorar los recovecos del azar, partiendo de la idea de que las vidas humanas pueden acabar relacionándose de la manera más peregrina en un mundo globalizado y en el que nadie conoce a su vecino, lo cual genera desconfianza y equívocos.

Cartel de la película 'Vidas cruzadas' de Robert Altman

Vidas Cruzadas inauguraba la semana pasada el ciclo del mismo nombre programado por el Aula de Cine de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de películas ambiciosas y de voluminosos repartos: Magnolia (que se proyecta este viernes a las 20.00 horas en el Edificio de Humanidades), Amores Perros, Syriana, Crash de Paul Haggis y Grand Canyon.

Como comentaba hoy en La Linterna Mágica el subdirector del Aula de Cine, Diego Grimaldi, todos estos títulos plantean la disyuntiva de si el azar "produce miedo por ser incontrolable, o si el azar se puede controlar". Y explicaba Grimaldi que pese a que Grand Canyon (1991) precedió a Vidas Cruzadas por un par de años, fue la cinta de Altman la que "por su calidad y complejidad marcó referencia y convirtió en moda esta manera particular de narrar, de mezclar historias de manera encadenada".

La huella de dicho director (que ya en películas de los setenta como M.A.S.H. o Nashville había apuntado en esta dirección) puede palparse en todo el ciclo. Incluso en Syriana, que es más bien un thriller político pero donde "están ocurriendo historias en distintos niveles sociales y en distintos lugares del mundo, lo que da una idea muy clara de lo que es la globalización". Y hasta cuando el escenario no se mueve de las cercanías de Hollywood (el estado de California suele aparecer retratado en estas películas), está presente la mezcla de culturas y razas que ejerce como principal fuente de conflicto en Crash.

Cine, por tanto, para un mundo globalizado y urbano, donde según describen los sociólogos se ha producido  la "pérdida del sentido comunitario". Es lo que tiene no conocer al vecino con el que se vive puerta con puerta desde hace años, y lo que puede conducir a la soledad, un tema importante en varias de estas películas.

Y al ir colocando en distintos planos que se entrecruzan las historias de todo tipo de estratos sociales, en estas películas se le suele dar un giro a la función que asume el espectador, que a veces sabe mejor de lo que está ocurriendo que los propios personajes, o va descubriendo una serie de relaciones entre ellos que no resultan aparentes a simple vista. "Eso es lo que hace realmente interesante esta forma de narrar", concluye Diego Grimaldi.

En el programa #39 de La Linterna Mágica hablamos con José Luis Trenzado Diepa y Diego Grimaldi sobre los nuevos ciclos del Aula de Cine, incluido el de Vidas Cruzadas.

Programa #39

 Archivo para descargar | Página de Ivoox

Volvemos después del parón veraniego para hablar sobre los nuevos ciclos del Aula de Cine de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con su director, José Luis Trenzado Diepa, y su subdirector, Diego Grimaldi.

Además, escuchamos la canción "Wise Up" de Aimee Mann (perteneciente a la banda sonora de la película Magnolia, del ciclo Vidas Cruzadas) y cortes de audio de Crash de Paul Haggis y Los Sobornados.

En esta temporada estrenamos nuevo horario (a partir de ahora las emisiones serán de 14.30 a 15.30 hora canaria) y vamos a intentar ir publicando aquí en el blog artículos relacionados con los temas que se aborden en el programa.