-Cinco hombres vestidos de pantera en la pantalla, ¿a qué se parecen?
-A cinco hombres vestidos de pantera.
-Cuando el público paga para ver una película como ésta, ¿qué pide a cambio?
-Estar muerto de miedo todo el rato.
-¿Y a qué cosa crees que le tiene más miedo la gente?
-A la oscuridad.
-¡Claro! ¿Y por qué? Porque la oscuridad tiene vida propia. En la oscuridad todo cobra vida, Fred.
Diálogo de Cautivos del Mal (Vicente Minelli, 1952)
Jacques Tourneur está de moda. Las filmotecas Canaria y Española han coincidido en dedicarle por estas fechas sendas retrospectivas, y también el Aula de Cine de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria va a proyectar su gran aportación a la historia del cine negro, Retorno Al Pasado. Por no mencionar su reciente inclusión en la lista de 100 directores de cine esenciales de PopMatters, o las noticias sobre un posible remake (el segundo ya) de La Mujer Pantera.
Para entender el porqué de esta oleada de reconocimiento, no hay más que recurrir al anterior diálogo de Cautivos del Mal, donde Kirk Douglas interpreta a un productor de cine parcialmente inspirado en Val Lewton, quien trabajó codo con codo con Tourneur en algunas de sus más importantes películas. Como se recoge ahí, la sugestión es el gran arma de La Mujer Pantera, que ha podido verse esta semana en las dos capitales del Archipiélago dentro del ciclo de la Filmoteca Canaria.
Cartel de 'La Mujer Pantera' |
Esa película abrió en 1942 todo un capítulo en el cine de terror. Su presupuesto fue escaso, lo cual no resulta de extrañar ya que Tourneur es uno de esos genios de la serie B que tanto gustan hoy día a los cinéfilos. Y al igual que Edgar G. Ulmer y Samuel Fuller, era capaz de contar grandes historias en poco más de una hora.
La Mujer Pantera es el mejor ejemplo de ello, y además de las dos características más llamativas y comentadas habitualmente (la decisión de no enseñar al monstruo y el uso de las sombras), presenta otras marcas de la casa del equipo Tourneur-Lewton / Lewton-Tourneur:
- El desencadenante del argumento es una maldición, vestigio de culturas ancestrales que el mundo moderno pretende haber sepultado. Irina, la protagonista de La Mujer Pantera, carga con los pecados de sus antepasados adoradores del diablo, mientras que en Yo Anduve con un Zombie (1943) se recurre al vudú. Años más tarde y habiendo fallecido ya Val Lewton, Tourneur volvió a abordar con La Noche del Demonio (1957) el tema del satanismo.
- A esa influencia que ejercen las fuerzas ocultas sobre el mundo cotidiano se contrapone el pensamiento racionalista y científico, que muestra sus limitaciones. Los personajes que lo representan, psiquiatras y médicos, están condenados si no aceptan la existencia de acontecimientos que se salen de lo corriente. El caso paradigmático es el de Dana Andrews en La Noche del Demonio, donde esta lucha entre dos visiones del mundo se sitúa como punto central.
- Dicho conflicto no se resuelve satisfactoriamente al final de estas películas. La verdad se adivina pero queda oculta en las sombras que asimismo envuelven a unos personajes a menudo instalados en la ambigüedad moral. Se supone que Irina es la mala de La Mujer Pantera, pero su única aspiración es llevar una vida normal, por lo que transmite más lástima que otra cosa. Y hasta el despiadado satanista de La Noche del Demonio tiene una madre a la que cuidar y entretiene a los niños del vecindario haciendo de payaso.
Junto con La Mujer Pantera y Yo Anduve con un Zombie, la otra colaboración entre Tourneur y Lewton es El Hombre Leopardo (1943). Pese a lo que pueda parecer por su título, no se limita a ofrecer más de lo mismo sino que subvierte las expectativas del público que hubiera visto las dos cintas anteriores, partiendo eso sí de premisas similares: las premoniciones del tarot son aquí la concesión a lo oculto, y parece que hasta el animal que se empleó en el rodaje es el mismo que el de La Mujer Pantera.
Puede que no esté considerada un clásico, pero El Hombre Leopardo muestra al menos que sus autores no querían repetirse hasta la saciedad, acusación que desmiente también la trayectoria de Tourneur, quien tras separarse de Lewton rodó westerns, películas de aventuras y cine negro. Sus aportaciones al género del terror, no obstante, resaltan más dada la actual propensión de este tipo de cine por la casquería y los sustos fáciles.
Frente a eso, las películas de Tourneur destacan por su sobriedad y por la entereza con que tratan temas potencialmente ridículos. Seguramente, eso es mucho más de lo que cualquiera pudiera esperar al enfrentarse a un film llamado La Mujer Pantera. Dejemos entonces para otro día debatir hasta qué punto el director francés fue el creador de esta estética y hasta qué punto el mérito habría que adjudicárselo a Val Lewton. Basta de teorías por una vez y vamos a disfrutar de estas estupendas películas. Por favor.
En el programa #40 de La Linterna Mágica hicimos un monográfico sobre Jacques Tourneur y escuchamos cortes de varias de sus películas.
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