Friday, November 25, 2011

'Melancolía': una boda, un planeta y la Solución Final

Por Ayoze García

Lars Von Trier pide demasiado. A sus espectadores, y a la humanidad entera. Su última película, Melancolía, puede interpretarse como la enésima boutade de un provocador que, recubriéndose de un barniz intelectual, gusta de convertir la experiencia de ver cine en una tortura psicológica. Motivos hay de sobra para mantener dicha percepción, empezando por las declaraciones del propio Lars Von Trier en Cannes confesándose simpatizador del nazismo.

'Melancolía'

"Entiendo a Hitler... me identifico con él un poco", dijo. ¿Quién puede tomar en serio a alguien así? Ahora bien, condenemos las barrabasadas de Lars Von Trier el personaje público, pero separémoslas de su obra como director. O a lo mejor no. Puede que lo que haya es que buscar en Melancolía las razones que le llevaron a hacer esa afirmación, que sigue siendo rechazable en cualquier caso pero acaba resultando menos gratuita de lo que parece.

Si Lars Von Trier entiende a Hitler (o lo entendía antes de rectificar a regañadientes), quizá sea por que comparte con él un sueño, el de la destrucción a gran escala, ya sea de la raza judía o de la humanidad en su conjunto. La Solución Final de los nazis, el planeta Melancolía que viene a estrellarse contra la Tierra. Tanto monta...

Pero, pero, pero. Las motivaciones de ambos son radicalmente distintas: la de Hitler era el odio, la de nuestro amigo danés, ¿cuál? Lo que uno deduce después de darle muchas vueltas, y a riesgo de equivocarse, es que la concepción de la religión en Lars Von Trier está ligada a una autoexigencia que fija unos patrones de moralidad inalcanzables para la mayor parte de personas. Dichos patrones son tan sumamente rígidos, que prácticamente hay que convertirse en un mártir para estar a la altura.

Antes, en Rompiendo las olas (1996) y Bailando en la oscuridad (2000), Lars Von Trier parecía creer que un sacrificio individual podía redimir a la humanidad. Hoy día el mundo es quince años más cruel, y eso no basta. Ya en Dogville (2003) se planteaba la posibilidad de que llegados a cierto punto en la escala de maldad que somos capaces de alcanzar, más vale que venga el dios vengador del Antiguo Testamento y acabe con todo. Porque el perdón supondría más que nada una afrenta.

El microcosmos que era el pueblo de Dogville tiene su reflejo en los invitados a la boda de Justine en Melancolía, que en su mayoría no son mucho mejores. De ahí que Lars Von Trier opte por la destrucción como única salida: es un mensaje desagradable, pero honesto. Y quién sabe, aquí en la vida real a lo mejor todavía estamos a tiempo de enmendarnos antes de que sea demasiado tarde.

Podemos discutir qué lugar ocupa Melancolía en la filmografía de Von Trier (yo por ejemplo no la podría entre mis favoritas), e incluso habrá quien piense que es un coñazo (el imitador de Muchachada Nui dixit). Lo que está fuera de toda duda es la capacidad de este director para generar debate.

Hoy en La Linterna Mágica tuvimos la suerte de contar con el crítico Aarón Rodríguez (quien en su blog ha escrito varios artículos sobre esta película), y quedaron apuntados muchísimos temas para una futura discusión. El uso de la música de Wagner. Las imágenes del prólogo. La influencia en Melancolía, no sólo de Andrei Tarkovski como punto de referencia principal, sino también del Hitchock de Vértigo (1958) y el Resnais de El último año en Marienbad (1961). La relación con la anterior película de Von Trier, Anticristo (2009), y la reinterpretación de pasajes bíblicos. El mensaje oculto de la escena en que Justine recoloca los libros de arte en la biblioteca. Las ambiguas facetas de ese personaje interpretado por Kirsten Dunst: moderna Ofelia, visionaria y fuerza de atracción que desencadena subconscientemente la catástrofe (¿hay acaso un eco de Planeta Prohibido de 1956?). Y por último, la función que Melancolía ejerce como reverso oscuro de El árbol de la vida de Malick. Hay que ver, lo que da de sí el neonazi este.

Escucha la edición #47 de La Linterna Mágica, con la intervención de Aarón Rodríguez

Programa #47


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Este viernes entrevistamos al director de cine grancanario Amaury Santana (cuya obra puede verse en Internet a través de la plataforma Vimeo). Y junto al crítico Aarón Rodríguez destripamos la nueva película de Lars Von Trier, Melancolía.

Asimismo escuchamos cortes de trabajos de Amaury y de Melancolía, incluido un fragmento de la ópera de Wagner Tristán e Isolda, que se emplea en la banda sonora del film de Lars Von Trier.

Friday, November 11, 2011

'Una historia de amor' para reivindicar el talento canario

Por Ayoze García

Como una "reivindicación del talento que hay en Canarias". Así concibe el director Chedey Reyes su nuevo cortometraje, Una historia de amor, que se estrenó este miércoles en el Teatro Guiniguada. Detrás de dicha cinta encontramos a Machango Studio, la productora que Reyes fundó en 2007 junto a dos compañeros con los que llevaba años trabajando, y cuyo proyecto más conocido hasta la fecha es la serie de animación Jonás.

Las aventuras de ese niño de piel verde podrán verse a partir de marzo de 2012 en la Televisión Canaria, pero mientras tanto Una historia de amor viene a demostrar que en Machango Studio no se dedican en exclusiva a la animación. "La animación es una técnica, no un género", explicó Chedey Reyes este viernes durante una entrevista en La Linterna Mágica.

Además comenta que Machango Studio empezó con Jonás porque la animación "era lo que controlábamos en ese momento" y aquel proyecto "nos podía facilitar el darnos a conocer de una manera más rápida dentro y sobre todo fuera de Canarias". De hecho, la productora ha tenido siempre la vista fijada en el panorama internacional, y su intención es "no hacer proyectos localistas".

Cartel del corto

Una historia de amor habla de los recuerdos y del peso que pueden ejercer en nuestra vida posterior. El rodaje de este cortometraje en Madrid supuso todo un reto para el equipo, empezando por Chedey Reyes, quien debutaba además como guionista en solitario. No obstante, afirma que no pretende seguir cultivando esa faceta, ya que defiende la "especialización" y prefiere dirigir.

La calidad técnica fue una de las mayores preocupaciones del equipo de rodaje, y también destacan otros aspectos como el uso de la voz en off y la localización. Una historia de amor tiene por escenario el antiguo mercado de Legazpi, presente en cada una de sus imágenes ya desde los títulos de crédito. Es un corto con mucho que decir, y al margen de que la temática "te puede gustar o no", al verlo no cuesta estar de acuerdo con Chedey Reyes, que concluye: "Aquí hay mucha gente con talento, y estamos viendo pasar generaciones de gente con un talento que no está repercutiendo en Canarias".

Escucha la entrevista a Chedey Reyes en la edición #46 de La Linterna Mágica

Programa #46


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En la primera parte del programa hablamos con Patricia González Cámpora, directora del Plan Audiovisual de Canarias, quien nos presentó la iniciativa Objetivo Canarias para la promoción del sector en las Islas.

Luego entrevistamos al director Chedey Reyes, de Machango Studio, que ha estrenado esta semana su nuevo cortometraje Una historia de amor. Puedes leer aquí en el blog un resumen de lo que nos contó.

En cuanto al apartado musical, pusimos las canciones "Wahrane Wahrane" de Khaled (que actúa en la Fiesta Womad de Las Palmas de Gran Canaria) y "Dentelladas" de Miniatura (de la que Machango Studio ha hecho un videoclip). Asimismo, escuchamos el tráiler de Una historia de amor y la sintonía de la serie de dibujos animados Jonás.

Friday, November 4, 2011

Barbara Stanwyck: una mirada femenina al cine negro

Por Ayoze García

Los seguidores (no demasiados, pero siempre acérrimos) de Barbara Stanwyck sabemos que nunca una comedia navideña de buenos sentimientos ha estado tan cerca del cine negro como lo está Recuerdo de una noche: fíjense si no en las similitudes de su argumento con El caso de Thelma Jordon, donde el protagonista masculino es también un fiscal que se deja tentar por ella. Y del mismo modo, nunca un western ha mostrado tan bien los nexos de ese género con el noir como 40 pistolas.

Puede quizá que nos empeñemos en buscar esas asociaciones en las películas de Stanwyck, simplemente porque la sombra de una obra cumbre como Perdición (donde ella interpretó por primera vez un papel de femme fatale) es demasiado alargada. No obstante, elementos hay de sobra para reinterpretar buena parte de la filmografía de esta actriz en relación al cine negro.

'El extraño amor de Martha Ivers'

Mucho antes de Perdición, Stanwyck ya se había hecho famosa entre otras cosas por interpretar a mujeres de clase baja que trepan en el escalafón social sirviéndose de sus artes femeninas, como en Carita de ángelStella Dallas. Y aunque como comentaba la propia actriz ese segundo personaje tenía un fondo noble, la forma en que Stella seduce a su futuro marido al principio de la película tiene bastante que ver con el proceder de cualquier femme fatale: le hace creer que se encuentran por casualidad, cuando al fin y al cabo todo está planeado para que caiga en sus redes.

Poco a poco, va cuajando uno de sus papeles arquetípicos, el de la embaucadora de buen corazón. Ocho mujeres y un crimen es una comedia de asesinatos más o menos al estilo de La cena de los acusados, y ahí Barbara Stanwyck ya trae de cabeza a Henry Fonda. Pero eso no es nada en comparación con el engaño, por partida doble y sin piedad, que sufre Fonda en su siguiente película juntos, Las tres noches de Eva.

Esa deliciosa comedia dirigida por Preston Sturges es de 1941, año en que ella hará también de periodista fabuladora en Juan Nadie y de bailarina advenediza en Bola de fuego. En estos tres casos, Stanwyck seduce y engaña al protagonista masculino, pero acaba rectificando ante la perspectiva de una redención otorgada por el amor y el perdón. Solo entonces estas mujeres, curtidas por una vida de sinsabores, ceden a los estereotipos románticos del Hollywood de la época.

De ahí a la frialdad implacable de una femme fatale resta una pequeña distancia, más o menos la que Stanwyck cubrió al bajar las escaleras (mostrando el procaz brazalete de su tobillo) en la mítica escena al comienzo de Perdición.

Al igual que sucedería más tarde con su papel en El extraño amor de Martha Ivers, la Phyllis Dietrichson de la película de Billy Wilder es un agujero negro de emociones, una criatura “podrida hasta el alma”. La manipulación de la mujer fatal no tiene por único objeto cazar al hombre, sino convertirlo en cómplice o encubridor de terribles crímenes. De ahí surgirá la culpa, formando un vínculo entre ambos que se presenta incluso más fuerte que el amor, puesto que en verdad dura hasta que la muerte los separe...

No es su interpretación en Perdición necesariamente la mejor de Barbara Stanwyck, pero resulta indiscutible que marcó un punto de inflexión en su carrera: en lo sucesivo le lloverán los papeles de femme fatale (a Phyllis y Martha Ivers hay que sumar el de Thelma Jordon, más rico no obstante en matices). Y no solo eso, sino que en cualquier película suya en la que se cometa un asesinato, por ejemplo en Mundos opuestos, acabaremos con o sin razón fijando primero nuestras sospechas en Stanwyck.

'Las dos señoras Carroll'

Ahora bien, el resto de sus películas inscritas en el cine negro dejan atrás el concepto de femme fatale y nos muestran una serie de fascinantes bifurcaciones. Y es que Stanwyck dará vida con igual destreza a las mujeres en apuros de Las dos señoras Carroll (ojo al horripilante retrato que le pinta su marido, interpretado por Humphrey Bogart) o Mentira latente.

Se trata de títulos que se rebelan contra la tendencia a una cierta misoginia palpable en buena parte del noir clásico. Muy al contrario, sus personajes femeninos aquí representan la estabilidad de la vida cotidiana, contrapuesta al caos que bulle de las cloacas del cine negro, donde el crimen, la locura y el chantaje campan a sus anchas.

Otra vuelta de tuerca la encontramos en Voces de muerte, porque su protagonista, curiosamente llamada Leona, ejerce al mismo tiempo de manipuladora nata y víctima indefensa. Ni que decir tiene que esa contradicción permite a Stanwyck desplegar una gran amplitud de recursos interpretativos, y otro punto a destacar es el abundante uso de flashbacks. Dicha técnica, bastante frecuente en el noir, alcanza su máximo abigarramiento con la sucesión de voces telefónicas que van reconstruyendo la historia. Hasta encontramos un flashback dentro de un flashback, algo que a buen seguro le hubiera encantado a Luis Buñuel.

Y vamos terminando, con otra película que ocupa un lugar especial en la historia del cine negro. Encuentro en la noche es un melodrama noir en toda regla, con una acertada dirección de Fritz Lang y un reparto que incluye a Robert Ryan, Paul Douglas y una joven Marilyn Monroe. Todo ello al servicio de una trama que cuestiona a quienes se dejan llevar por sus pasiones sin prestar atención a las consecuencias sobre la vida de los demás. Un mensaje conformista, desde luego, pero que cobra un significado distinto en labios de una actriz como Barbara Stanwyck, que tantos corazones ha roto en la gran pantalla. "Si alguien sufre por nosotros, lo siento mucho, la vida es así". Pues no.

'Mentira latente'

Lista de películas mencionadas de Barbara Stanwyck:

  • Carita de ángel (Baby Face, 1933) de Alfred E. Green

  • Stella Dallas (1937) de King Vidor

  • Ocho mujeres y un crimen (The Mad Miss Manton, 1938) de Leigh Jason

  • Recuerdo de una noche (Remember The Night, 1940) de Mitchell Leisen

  • Juan Nadie (John Doe, 1941) de Frank Capra

  • Bola de fuego (Ball Of Fire, 1941) de Howard Hawks

  • Las tres noches de Eva (The Lady Eve, 1941) de Preston Sturges

  • Perdición (Double Indemnity, 1944) de Billy Wilder

  • El extraño amor de Martha Ivers (The Strange Love Of Martha Ivers, 1946) de Lewis Milestone

  • Las dos señoras Carroll (The Two Mrs. Carrolls, 1947) de Peter Godfrey

  • Voces de muerte (Sorry, Wrong Number, 1948) de Anatole Litvak

  • Mundos opuestos (East Side, West Side, 1949) de Mervyn Leroy

  • El caso de Thelma Jordon (The File On Thelma Jordon, 1950) de Robert Siodmack

  • Mentira latente (No Man Of Her Own, 1950) de Mitchell Leisen

  • Encuentro en la noche (Clash By Night, 1952) de Fritz Lang

  • 40 pistolas (40 Guns, 1957) de Samuel Fuller

Escucha el monográfico sobre Barbara Stanwyck en la edición #45 de La Linterna Mágica, con la participación de Faustino Sánchez

Programa #45


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En el programa de hoy estuvimos con Faustino Sánchez repasando la filmografía de la actriz Barbara Stanwyck, y hablamos de su importancia dentro de la historia del cine negro.

Pusimos cortes de varias de sus películas, y acabamos el programa escuchando la canción "High Ridin' Woman" del western de Samuel Fuller 40 pistolas.