Cataluña. Finales del franquismo. Un empleado de banco y pintor empieza a rodar películas "a salto de mata" con los materiales más baratos del mercado. Mucho ha llovido desde entonces, pero el cine de Antoni Padrós (a quien la Casa Encendida de Madrid acaba de dedicar una completa y "excepcional" retrospectiva) mantiene su capacidad de atracción, pese a (o quizá a causa de) las circunstancias que rodearon su creación.
Imagen del corto 'Ice Cream' |
"Lo que me interesaba era perturbar conciencias y transgredir la realidad", comentó Padrós este viernes en una entrevista en La Linterna Mágica. Este "hombre invisible" y "kamikaze", como él mismo se llama, ha visto cómo la Filmoteca de Cataluña restauraba recientemente esas películas suyas que "no existen" porque no estaban homologadas. En los próximos meses saldrán en DVD, entre otras, sus largometrajes Lock Out (1973) y Shirley Temple Story (1976), una "comedia musical terrorista" que se exhibió en San Sebastián y más tarde en Alemania. "Las películas estaban muy mal" en términos de conservación, "y ahora se pueden ver en perfectas condiciones".
En aquellas ocasiones en que salía al extranjero para mostrar su cine, Padrós no sólo cosechaba premios, sino que también comprobaba la intolerancia de algunos compatriotas, como la vez en que "una mujer con el pelo a lo Marge Simpson" empezó a amenazar con denunciarle a las autoridades españolas. Y en Cataluña grupos extremistas dejaban mensajes del tipo: "Si pasáis la película de Padrós, incendiaremos el edificio".
"¿Cómo podía una persona ir en contra de las ideas de otro?", se pregunta el director, quien aclara que más allá de eso no tuvo ningún problema, por ejemplo cuando rodaba en exteriores: "He tenido mucha suerte, porque nunca me ha pasado nada". Y aunque se le considere un director maldito, él defiende ante todo que le gustaba trabajar sin ataduras: "Lo he hecho todo en libertad".
Y ahí sigue. Ahora Antoni Padrós anda terminando un mediometraje de unos 30 minutos titulado El hombre preciso, cuyo protagonista atraviesa un espejo y mantiene una conversación con La Muerte. Parece por tanto que la creatividad no se le ha agotado, ni tampoco la capacidad para sacar adelante proyectos de presupuesto irrisorio.
Por último, Padrós explica que echa en falta que se haga más cine experimental en la actualidad en España, que no se quede en cosa de "cuatro locos que estamos por ahí perdidos". Bendita locura, añadimos nosotros.
Entra en la entrada dedicada a la edición #41 de La Linterna Mágica para escuchar la entrevista completa con Padrós.
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