Saturday, March 24, 2012

Viendo el festival (VIII): Lazarillos de lujo en el eje NuevaYork-Canarias

Por Ayoze García

Hacer un documental elogioso sobre un artista parece relativamente sencillo. Hacer un documental que nos ayude a mirar con los ojos de ese artista y plantee cuestiones más allá de la trascendencia de su obra... eso ya debe ser más complicado.

Y justo ahí radica el atractivo de dos de los documentales incluidos en la sección Foro Canario que pudimos ver este viernes, penúltimo día del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.

Aldecoa, la huida al paraíso habla de la pasión que el escritor vasco Ignacio Aldecoa sentía hacia Canarias, desde su perspectiva de persona con mucho mundo que sabía captar con su pluma esas virtudes que cada lugar tiene y acaban pasando inadvertidas para sus propios habitantes. Mientras que Tan antiguo como el mundo (el título viene de una cita de Hölderlin) es un diálogo no carente de tensión con el pintor Antón Lamazares, quien se aferra a conceptos casi obsoletos (la vida de aldea, el trabajo manual) en medio del desenfreno moderno.

A lo largo de estos viajes que emprendemos de la mano de Aldecoa y Lamazares, las fronteras entre lo local y lo global se difuminan, generando estimulantes descubrimientos.

Por ejemplo: solo alguien como el escritor de Vitoria podía haber establecido un eje imaginario entre Nueva York y Canarias, que según cuenta su hija eran sus dos paraísos particulares. La icónica urbe estadounidense también aparece recontextualizada en Tan antiguo como el mundo, desde la distancia, resaltando la artificialidad de la silueta de los rascacielos. "Parece una maqueta", dice Javier Sanz Fuentes, quien ha dirigido este libérrimo documental junto a su hermana Nayra.

'Tan antiguo como el mundo'

Javier y Nayra se han pasado más de tres años rodando no solo en Nueva York y en la aldea de Lamazares, sino también en Berlín, Budapest, etc. Buscaban de esta forma dar un caracter más universal a los temas abordados en las conversaciones con el pintor. Sin embargo, la escena de mayor impacto transcurre en el estudio del artista: como aparece al final mejor no desvelarla, solo diré que ese es el punto en el que Tan antiguo como el mundo roza lo extraordinario al mostrar a las claras que la creación artística es a menudo un acto de violencia más o menos sublimada.

Por su parte, Miguel G. Morales prosigue con este trabajo sobre Ignacio Aldecoa su indagación acerca de la vida y obra de figuras que han dejado huella en la cultura canaria: el año pasado trajo al festival su documental Una luz en la isla. Domingo Pérez Minik, y en la presente edición presenta otro, fuera de concurso, dedicado a Domingo López Torres.

Precisamente, Minik fue uno de los mejores amigos que Aldecoa tuvo en Canarias. En La huida al paraíso, Iñaki Gabilondo se encarga de la narración y el también periodista Juan Cruz recorre los lugares sobre los que había escrito el vasco. Aprendemos así que además de las poéticas y certeras descripciones de cada isla recogidas en su Cuaderno de Godo, Ignacio Aldecoa ambientó su novela Parte de una historia en La Graciosa. "Mi padre decía que el paraíso tiene que estar lejos", rememora Susana Aldecoa. Él, al menos, encontró el suyo.

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